sábado, 23 de mayo de 2009

ALGUNOS FRAGMENTOS DE HERÁCLITO (540 - 480 a.C)

El sol es nuevo cada día

Si todas las cosas se convirtiesen en humo, el olfato las distinguiría.

El desorden es el más bello de los órdenes.

Todo fluye, nada permanece.

Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río.

La armonía es el producto de los contrarios.

También los perros ladran a quien no conocen.

Sin el sol, ni siquiera los demás astros nos sacarían de la tiniebla.

Acuérdate de quienes olvidan la dirección del camino.

Incluso los durmientes son obreros y cooperantes de cuanto sucede en el mundo.

¿Cómo escapar de un sol que no se pone?

Quien no espera no hallará lo inesperado.

Sin saber escuchar, tampoco se puede hablar.

No se conocería el nombre de Justicia si no existieran injusticias.

Este mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende y se apaga al compás.

Con razón se llama padre sólo a quien ha llegado a ser hijo de sí mismo.

El tiempo es un niño que juega a las tablas reales; el niño es el rey.

La armonía invisible es superior a la evidente.

El camino del tornillo del batán es recto y curvo.

El camino hacia arriba y el camino hacia abajo es uno y el mismo.

Todo lo gobierna el rayo.

El fuego es carencia y saciedad.

Por mucho camino que recorras no hallarás los límites del alma, tan profundo fundamento tiene.

Reposa en el cambio. Fatiga es trabajar y obedecer siempre a los mismos.

Principio y fin coinciden en el contorno del círculo.

La naturaleza de las cosas acostumbra a ocultarse.

La enfermedad hace agradable la salud; el hambre, la saciedad; la fatiga, el reposo.

Es propiedad del alma acrecentarse a sí misma.

El carácter del hombre es su destino.

Que no os falte nunca la riqueza, efesios, para que vuestra ruindad destaque.

El arco tiene por nombre vida; por obra, muerte.

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